Seguro que, si tienes un perro, leishmaniosis es una de las palabras que más temes puesto que se trata de una enfermedad infecciosa que puede ser mortal. Desde Agroanimal te vamos a comentar cómo se produce, qué síntomas tiene y que medidas de prevención puedes adoptar.
La leishmaniosis es provocada por un parásito que se transmite a través de la picadura de los mosquitos conocidos como flebótomos. Se han detectado otros casos, los menos, en los que la vía de transmisión ha sido por mordeduras entre perros, transfusiones o incluso a través de la placenta.
La leishmaniosis es una enfermedad que podríamos considerar estacional y que tiene mayor incidencia en ciertas zonas geográficas como aquellas en las que la climatología es más calurosa y húmeda.
Cuando un perro sufre de leishmaniosis solo podremos ayudarle mediante tratamientos paliativos tratando sus síntomas puesto que no tiene cura.
Síntomas de la leishmaniosis
Esta grave enfermedad canina puede desarrollarse de dos formas, bien de tipo cutáneo o bien con la afectación de las vísceras con mayor virulencia en hígado y riñones.
Algunos de los síntomas que puede mostrar un perro infectado de leishmaniosis son:
- Inflamación de los ojos
- Pérdida de pelo en la cabeza
- Heridas que no terminan de curar
- Úlceras en el borde de las orejas, cabeza o extremidades.
- Sangre en la orina
- Atrofia muscular
- Debilidad
- Hemorragia nasal
En caso de que tu perro sufra alguno de estos síntomas lo mejor es que acudas con urgencia al veterinario para que pueda diagnosticarla cuanto antes.
Prevención de la leishmaniosis
Existen vacunas para la prevención de esta enfermedad y que se podrá aplicar a los cachorros sanos a partir de los seis meses de edad.
Hay que tener en cuenta que los perros que estén padeciendo la enfermedad no se les podrá vacunar, solo se puede poner a aquellos perros sanos y, en el caso de las hembras, que no estén embarazadas.
Además de las vacunas se pueden adoptar otras medidas como son:
- Colocarles collares antiparasitarios y/o repelentes de mosquitos
- Fumigar en la zona en la que pasa la mayor parte del tiempo el perro, en el caso de estar al aire libre
- Usar velas o productos que espante a los mosquitos en terrazas y viviendas.
- Evitar los espacios húmedos y pantanosos sobre todo en verano
- Usar mosquiteras
- Evitar los paseos cerca de los ríos y zonas húmedas
Por último, desde Agroanimal os queremos aconsejar que visitéis con regularidad a vuestro veterinario y que al menor síntoma se lo hagáis saber porque, aunque no se pueda curar podrá sobrevivir y mantener una mejor calidad de vida.
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